Sin explicación alguna.

Aún llega a mi mente la pregunta de porque sigo haciendo estas cartas, porque siguen saliendo los más hermosos sentimientos por alguien que no existe ya, alguien que quizás ya no le interesen mis líneas o peor aún que ni las lea, pero es la pregunta que en si misma no tiene explicación. 

Aún sigue dándome vueltas en mi corazón porque me enamoré de una ilusión, de un imposible, de un ser que no existe en mi mundo y que jamás quiso estar en el a pesar de haberlo sabido siempre y aún así no tengo explicación alguna a ello.

Y es que no me enamoré de un cuerpo al que poseía carnalmente, porque jamás llego a ser mío, me enamoré de un alma que descubrí debajo de la carne a la cual por pequeños instantes sentí mía, sentí que lograba tocar y hacerla vibrar como nadie lo había hecho y por pequeños instantes te sentía mía a pesar de que todos tus demonios te hicieran sentir lo peor del mundo, te elevaba al extasis del placer del cual eramos esclavos y a la vez libres de sentirlo en cada fibra de nuestro cuerpo, porque se que aunque lo niegues, logré siempre hacerte sentir mujer, mujer que no necesitaba ser tocada en tu cuerpo porque ya era besada tu esencia por la inocencia de un verdadero corazón. 

Es extraño verte directamente a los ojos y sentir tantas cosas de las cuales debo callar. Es extraño haberme enamorado de ti por la forma en la que pasaron las cosas entre tu y yo.  Es extraño tener un secreto tan tuyo como el mío y aun sentir la complicidad que siempre nos envolvió. 

Hay tantos extraños que aún sin causa ni explicación termina ser solo eso, la inexistente explicación de lo que mueve cada emoción de mi ser.

Es tonto extrañar lo que teníamos, porque nunca tuvimos nada pero se sentía como un todo, porque es absurdo amar a alguien que no quiso ser amada a pesar de haber querido que la amará. 

Es tan fácil enamorarte, que resultó imposible complementar tu esencia con lo que te ofrecía. 

Es tan sencillo olvidarte, que cada vez que intento hacer algo carnal en mi vida, me recuerda tu espiritualidad intensa que me llena de calma y optó por olvidar mis necesidades humanas de hombre para buscar la paz de mi ser en la esperanza de que algún día llegará esa mujer que sin aún decirlo, pondrá nuevamente mi mundo de cabeza y hará fluir el amor en la misma frecuencia de mi alma para llegar a ser el complemento perfecto de hombre mujer que venga a llenar el espacio necesario de una armónica entrega, donde los límites sean los infinitos inexistentes de nuestro amor. 

Porque amar a una mujer es esto, una entrega de todo y de nada, una correspondencia de lo que se dice y se hace, prevaleciendo siempre la acción antes del verbo.  Amar a una mujer no requiere tener explicación, simplemente se da con toda la pasión que le imprima la razón y la locura del corazón.

Mi niña bella, siempre lo dije y siempre me lo ha demostrado el tiempo, pese al tiempo que pasé el estar distanciado de ti, mis sentimientos siguen intactos, porque lo que existió en nosotros no es del cuerpo ni de la pasión del sexo, lo que surgió en nosotros va mucho más allá del ser, es de la esencia del amor y del alma en la que logramos encontrarnos por las razones más incoherentes pero por las más hermosas razones de conocer el complemento de nuestra alma, un alma gemela retardada en el tiempo y espacio, y de lo cual nunca existió explicación porque nos encontramos tan tarde ni explicación del porque nos sentimos tan así que no hacían falta las palabras para hacerte sentir cada uno de mis sentimientos.

Pero en fin, nunca existió explicación alguna para éste amor, del cual aún late en mi ser por ti, mi amor, mi corazón, mi niña bella, mi alma gemela.

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